miércoles, 12 de octubre de 2011

Solo por él

No he dejado de escribir exactamente, pero si tengo muy abandonados este tipo de sitios y no tengo excusa alguna solo podría decir, que en el año han pasado tantas cosas, pero tan rápido, cuantas lágrimas, risas y emociones en general que hacen parte de un pasado, que bello o no, es muy importante.


Precisamente en esos momentos de gozo y en los de desesperación, he tenido la mejor compañía, no me queda la mínima duda de la existencia de un ser supremo maravilloso que sabe reír junto a tí, sonreir cuando se está confundido y prestar un hombro para consuelo; vela todos tus sueños, arrullándote cuando estás triste, vigilándote cuando estás muy feliz; te corrige con la sabiduría de las palabras del silencio.


Nunca he dudado de su permanencia junto a mí y mi familia pero me da una satisfacción tener la certeza de que nos hemos acercado más sin necesidad de una religión en el medio, una que me enseñaba como muchas otras que él existe pero intentaba siempre limitarme a ser yo, comportarme como yo y pretendía transformarme en un sometida a reglas. 


¡No gracias!, YO lo puedo visitar en su casa y él puede venir a la mía cada vez que se nos dé la gana. Puedo proponer y llevar a cabo proyectos que rompan los parámetros mal establecidos de la sociedad sin tener que alejarme de él.


Al fin y al cabo, Jesús predicó y practicó un mensaje de amor y no lo hizo como miembro de alguna secta o grupo en particular. El fue enviado para unir, no para dividir.


© 2011 Marie Molinares. Todos los derechos reservados.

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